BAJEMOS


Es difícil que las cosas salgan bien. Disculpe si me pongo reiterativa, pero es  algo que me preocupa mucho: la dificultad para que las cosas salgan bien.  Ya sé que todos los viajes le hablo de lo mismo, y si no la miro, no es porque  yo me crea superior, es para respetar la distancia social. La culpa es del  colectivero que dejó subir a tanta gente. Lo bueno que usted y yo respetamos  la distancia social y no giramos el rostro, si no, no podríamos viajar juntas.  Vea, la cosa es que le he tomado afecto, tantos viajes una al lado de la otra.  Y aunque es difícil saber abajo del barbijo qué pasa, yo le adivino los gestos  por el rabillo del ojo. Soy hábil. ¿Vio? Observadora. Bueno, como le decía,  prácticamente nada me sale bien. La categoría fracaso fue pensada para mí.  Exagero, lo sé, me lo dice mi terapeuta todas las sesiones: – “Rosita, usted  exagera”. ¿Será porque me gustan tanto los detalles? Ah, sí, me apasionan  los detalles, la minuciosidad. Esas cositas que la mayoría de la gente no ve,  pues para mí son fundamentales. ¿Será por eso que parece que exagero?  Yo diría que más bien amplifico. Como mirar con lupa. ¿Vio? Amplifico. Por  ejemplo, fíjese aquel señor que está sentado en el asiento de enfrente. El que  lee el diario. ¿Lo ve? Bueno, usted verá eso. Un señor leyendo el diario. Y  punto. Pero si se fija bien, está con la vista fija, no lee. Quiere decir que está  pensando en algo que lo tiene preocupado. ¿Por qué preocupado? Porque  tiene el ceño fruncido y la mandíbula tensa, se nota. No diría que está  enojado, difícil distinguir sin el contexto, pero está tenso. Seguro que tiene  algún problema. Además, está sentado para adelante, no apoya casi la  espalda en el respaldo. Pero no deja el diario y lo guarda, porque está tan  ensimismado en su preocupación que se olvidó de su intención de leer y  quizás hasta le resulte un refugio el papel escrito. ¿Entiende lo que le digo?  ¿En que estaba? Ah, sí, que a mi nada me sale bien. Y no creo que esta  certeza esté provocada por la distorsión que otorga la exageración o la  amplificación de los detalles, no, insisto, se trata de una categoría concreta,  taxativa, pragmática: NADA ME SALE BIEN. 

Usted sonríe, vuelve a sonreír, no deja de mirarme, de reojo, para no romper  la distancia social, quizás le parezca graciosa, créame que no digo estas  cosas para parecer interesante, se trata de una plena convicción. No me  tiente, la lista es larga, no me pida que le explique por qué pienso esto, sólo  voy a agregar que lo que a todo el mundo le sale solo, a mí me cuesta tres  veces más. Que, si empiezo a escribir un cuento interesante, que tiene un  buen inicio, un genial desarrollo y todo fluye, me taro en el final. Y eso es  justamente lo que me aflige hoy: no puedo encontrarle el final al cuento  porque a mi todo me sale mal. No es falta de talento ¿eh? Vea, tengo mi  cuaderno de notas y escribo todas las ideas para no olvidarlas. Lo que sea.  Tampoco es falta de técnica, porque puedo empezar desde la nada cualquier  historia. Ni mucho menos, falta de inspiración, porque lo único que hago es  escribir Y cuando no escribo, pienso en lo que escribí para cuando lo vuelva  a escribir. Y así.

Me desbordé, disculpe, dije cosas mías que no le interesan a nadie. La  aburro, lo sé. Y eso no hace más que empañar mi última posibilidad de  salvación y reafirmar mi teoría.

Ya que ahora usted ni loca va a aceptar tomar un café conmigo. 

Si, ahí, en ese cafecito que tiene esas mesas al aire libre, ese que acabamos  de pasar, que no hay tanta gente, y se puede charlar tranquila, que tiene  fotografías antiguas, en sepia, ese de ahí, que el mozo parece tan discreto y  amable a la vez. Que desde acá no se ven, pero debe haber alcohol en gel  en cada mesa. Ese que ¿cómo? ¿Qué es usted la que me invita? ¿Qué bajemos así nos podemos ver la sonrisa sin el barbijo y mirarnos de frente?  ¿Qué le encantaría leer mis notas? 

¿Y charlar?

Bueno, me toma por sorpresa, pero, vea, cómo soy porfiada, y para  demostrarle que lo sigo intentando, voy a aceptar. 

 Pero no diga que no le avisé. 

Bajemos.

Fue publicado por la revista “Arida”, del I.U.P.A .del mes de marzo del 2021

Acá les dejo el enlace, pueden leerlo y escucharlo..


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